Son las 8 de la noche en Mérida. El calor del día por fin empieza a ceder y la "heladez" de la noche se asoma. Bajas la cortina de tu local o cierras la laptop en tu casa después de un día de juntas. Por fin terminó la jornada... ¿o no?
En tu celular parpadean las notificaciones: 15 mensajes de WhatsApp sin leer, 8 comentarios en la última publicación de Instagram y un par de correos que parecen urgentes. Sientes ese peso en los hombros, esa sensación de estar siempre "achocado" de pendientes. Te preguntas: "Trabajé 12 horas seguidas, ¿por qué siento que no avancé nada importante?".
Si esta historia te suena familiar, no estás solo, boxito/a. Ser emprendedor en nuestra tierra es un acto de valentía, pero también es una carrera contra el reloj. Hoy no te voy a dar soluciones mágicas, pero vamos a hacer algo igual de importante: vamos a ponerle nombre a esos enemigos invisibles que nos roban el tiempo y la energía.
Estos son los 5 "ladrones de tiempo" que atacan a casi todo negocio en Mérida.
1. El Pulpo de los Mensajes
Este es el ladrón más evidente. Tiene tentáculos que se meten por todos lados: WhatsApp, Facebook Messenger, Instagram DMs, comentarios... Y todos preguntan lo mismo, ¿a poco no?
"¿A qué hora cierran?"
"¿Tienen servicio a domicilio?"
"¿Precio?" (debajo de una foto que ya tiene el precio).
"¿Manejan sistema de apartado?"
Atiendes a un cliente en tu local mientras tu teléfono vibra sin parar. Llegas a casa a cenar y tienes que responderle a un turista que te escribió a las 11 PM preguntando si esa bolsa de henequén la tienes en otro color. Sientes que si no contestas al instante, pierdes la venta. Y esa presión es agotadora.
2. El Monstruo de la "Talacha" Administrativa
"Talacha" es esa chamba manual, repetitiva y que parece no tener fin. Es un monstruo que se alimenta de tus horas productivas. Es el tiempo que pasas...
Haciendo cotizaciones y facturas a mano.
Actualizando tu inventario en una libreta o en un Excel.
Agendando citas en una agenda de papel y luego enviando recordatorios uno por uno.
Pasando los datos de un cliente de una servilleta a tu lista de contactos.
Ninguna de estas tareas es la razón por la que abriste tu negocio. No te apasiona llenar tablas, pero sientes que si no lo haces tú, nadie más lo hará. Y así, se te van horas que podrías usar para crear un nuevo producto, mejorar tu servicio o, simplemente, descansar.
3. El Bombero de los "Incendios" Diarios
Planeas tu día perfecto. Por la mañana harás el pedido importante, por la tarde contactarás a nuevos clientes. Pero de pronto... ¡fuego!
El proveedor te quedó mal y no tienes el insumo principal.
Se fue la luz y la terminal punto de venta no funciona.
Un cliente se quejó en redes sociales y tienes que manejar la situación de inmediato.
Se enfermó tu único empleado y ahora tienes que cubrirlo.
Te pasas el día corriendo de un lado a otro, apagando "incendios". Al final del día, estás exhausto y tu lista de pendientes importantes sigue intacta. La frustración es enorme porque sientes que tu negocio te controla a ti, y no al revés.
4. El Fantasma de las Redes Sociales
Sabes que tienes que "estar" en redes sociales, pero no tienes muy claro cómo. Este ladrón es más sutil. Es el tiempo que pasas pensando:
"¿Qué publico hoy?"
Le tomas una foto rápida a tu producto, la subes y... nada. Pocos likes, ningún comentario.
Ves que tu competencia publica videos y reels, y te preguntas de dónde sacan el tiempo.
Intentas hacer una campaña en Facebook, le pones un poco de dinero y no obtienes ningún resultado.
Te sientes como si estuvieras gritando en medio del Paseo de Montejo un domingo: hay muchísima gente, pero nadie parece escucharte. Es tiempo y esfuerzo que se sienten tirados a la basura.
5. El "Héroe" Solitario (El Peor de Todos)
Este ladrón vive dentro de nosotros. Es esa voz que dice: "Nadie lo hace como yo", "Es más rápido si lo hago yo mismo que si se lo explico a alguien", "No puedo pagarle a nadie para que me ayude".
Ser el "todólogo" de tu negocio —el vendedor, el contador, el de marketing, el de limpieza— se siente como un acto heroico al principio, pero con el tiempo se convierte en tu principal cuello de botella. No puedes estar en dos lugares a la vez y, al intentar hacerlo todo, terminas haciendo muchas cosas a medias.
No estás solo en esta hamaca
Si te identificaste con dos, tres o incluso con los cinco ladrones, respira hondo. Es normal. Es el pan de cada día de miles de emprendedores yucatecos que, como tú, se esfuerzan por sacar adelante su sueño.
El primer paso para ganar una batalla es conocer a tu enemigo. Hoy ya les pusimos nombre. En nuestro próximo artículo, empezaremos a hablar de cómo podemos ser más listos que ellos.
Cuéntanos en los comentarios, ¿cuál de estos 5 ladrones de tiempo te roba más el sueño? ¡Hagamos comunidad y compartamos nuestras experiencias!
¿Te sentiste identificado? Comparte este artículo con otro emprendedor que se sienta igual. Y no te olvides de suscribirte a nuestro blog para que no te pierdas la segunda parte de esta conversación.